Dictado preparado

El niño rubio no estaba nervioso y levantaba la voz. Varios muchachos reían hasta reventar. A veces se mostraba mucho más desenvuelto. Cuando hablaba se mantenía totalmente erguido. Ahí había más bulla que en el patio de un colegio. Ahora aparecerá con un vestido verde. Las voces de aquellos hombres le ponían nervioso. Fue a jugar a enredos con toda su familia. Había dicho varias veces que no quería volver a casa. El asta del toro se clavó en aquel árbol. Al viejo rey le encanta ver llover. Le diré que vaya al mercado a comprar harina, uvas y vino.